CAP 11 •єl ∂єѕтιиo αѕí lo qυιѕσ...• ||иι¢к & тú||•

Y vamos de nuevo

—No creí que... —comenzó, pero se detuvo. Solo me miró— Esperaba ver esto siendo subastado en Internet —Se encogió de hombros. Yo negué con la cabeza, divertida.
—Tonto —murmuré, dándole un beso en el hombro— Aunque... —Tomé el anillo entre mis dedos— Lo esperaba en todos lados menos aquí —Él se encogió de hombros
—Aunque te casaras con otro, esto seguiría aquí —Me rodeó la cintura con los brazos y apoyó su barbilla en mi cabeza
— ¿Aún estás celoso de Justin? —Aventuré, un momento después. Él rió
—Nah, ya no tanto... —Me besó la coronilla con suavidad

Me solté de sus brazos, me senté en la arena y el junto a mi. No habló; tampoco yo, solo miramos como el agua salada del mar acariciaba la fina arena de la playa.

Me giré hacia él y me sonrió. Las mariposas de mi estomago volvieron a la vida, provocándome una serie de cosquillas que eran más que placenteras. No creí que las volvería a sentir...

Mi mente trajo a mi cabeza recuerdos que habían quedado grabados en mi memoria, como los ojos de Nick sobre mí, entonando la dulce letra de Eternity, aquel día en que perdí parte de mi memoria; sus labios sobre los míos, tantas veces que ya no las podía contar...

Él se tendió boca abajo, con la cabeza sobre sus brazos cruzados. Me acerqué a su lado y me dispuse a masajear sus hombros y espalda. Sus músculos se relajaron rápidamente. Se giró un momento hacia mí y me sonrió con diversión.

Me resultó realmente increíble que, después de tanto tiempo, aún pudiésemos tener toda esa increíble conexión tan solo en silencio, entendiéndonos con tan solo vernos; era simplemente...

—Fascinante —Dijo él, sentándose y dedicándome una cálida sonrisa. Por un momento, creí que de nuevo había leído mi mente, pudiendo así completar mi frase. Se estiró— Haces unos masajes increíbles ___

—Reí, divertida por las ocurrencias de Nick...o las mías propias
—Gracias —Contesté con simpleza, estírándome también.
El sol veraniego había comenzado a aparecer de entre las nubes, aunque, claro, ya era un poco tarde y el cielo se veía completamente anaranjado; pero aún así, daba un poco de calor al golpearme la piel.

Él se puso de pie y me tendió una mano para ayudar a que me levante, cosa que hice. Su tirón fue algo brusco, por lo que al levantarme choqué con su pecho. Hubiese rebotado y vuelto a caer al piso, pero en una mini fracción de segundo, en el momento del choque, la mano de Nick soltó la mía y su brazo izquierdo rodeó mi cintura antes de capturar mis labios con los suyos. Mis brazos no tardaron en tomar su típico lugar detrás de su cuello, al tiempo que mis dedos jugueteaban divertidos con aquellos rizos castaños que hace tanto tiempo no sentía.

Aquél pequeño gesto por mi parte le provocó a él unas sonrisas y leves risitas dentro del beso.

Yo también reí, contagiada por él, era algo que no podía evitar; es que Nick tenía como una especie de don que permitía transmitirle a la gente sus sentimientos...o por lo menos, a mí si me los había transimitido antes...y lo seguía haciendo.

—Ya, ¡me haces cosquillas, ___! —Ambos volvimos a reír. Apoyó su frente en la mía
—Cielos, no creí que tuvieses tantas cosquillas —Comenté, realmente divertida. Él rodó los ojos.
—Cierra la boca —Me espetó, silenciándome con otro beso
—Um —murmuré, separándome de él— Si vas a callarme así cada vez que hiera tu ego, comenzaré a hacerlo más seguido...

Él negó con la cabeza divertido y besó mi frente, antes de comenzar a caminar, entrelazando su mano con la mía...No me canso de repetir que se sentía extremadamente bien.

Pasamos algunos minutos así, solo caminando juntos, mientras el cielo se iba oscureciendo. En un momento...tropecé con una piedra.

—Bueno, la torpeza es algo que sigue corriendo por tus venas —Dijo, entre carcajadas. Yo fruncí el seño, completamente sonrojada
— ¿Aún te gusta burlarte de mi? —bufé— No es mi culpa no poder ver absolutamente nada cuando oscurece...
—Yo sí puedo —Me interrumpió, aún divertido
—Tampoco tiene que ver conmigo que tengas visión infraroja —Repliqué.

Él volvió a lanzar una sonora carcajada. Se oía igual que un niño con un juguete nuevo; felíz, joven, inocente, dulce...

Interrumpí mi torrente de pensamientos sobre Nick cuando éste se paró en frente de mí y flexionó levemente sus rodillas. Alcé una ceja.

—Sube —Me comunicó simplemente, encogiéndose de hombros
— ¿Seguro? —Pregunté sonriendo. Él hizo igual
—No está en mis planes llevarte al Hospital cuando tropieces con una oruga —Me explicó
—No estaría mal si la oruga me paga la indemnización... —Expuse. De nuevo fui la causante de una contagiosa risa en el castaño
—De veras, creo que eres la única capaz de hacerme reír así —Me miró con ternura. Yo, por mi parte, creí que caería desmayada ahí mismo y él tendría que llevarme a Urgencias aún sin la intervención de la oruga. —En fin, vámonos antes de que alguien se preocupe por tí —Me subí a su espalda; después de todo, las piernas las tenía como gelatina
— ¿Acaso nadie va a procuparse por Nick J? —Le restó importancia rodando los ojos, acomodándome
—Están acostumbrados...

De repente, en lugar de ir caminando tranquilamente, como cualquier persona civilizada, comenzó a correr, ¡como desquiciado! Claro, él solo reía, sin ponerse a pensar de que yo estaba prácticamente clavándole mis uñas en los hombros, con la esperanza de que se detuviera.

—¿¡Por qué rayos corres!?
—¡Me divierto! —Fue su inteligentísima respuesta.
Lo último que sé, es que llegué a mi casa riendo a carcajadas, coreada por el chico que me quitaba el sueño, aún en su espalda.

Me bajé al llegar al patio, aún riendo espasmódicamente, con uno de los brazos de Jonas rodeando mi cintura. Ambos nos silenciamos al ver la escena a unos metros de nosotros.

Frankie había ido nuevamente, y estaba jugando con Meg; la cargaba en su espalda y sus cantarinas e inocentes risas resonaban en la tranquila noche.

Nick me miró y me sonrió; pensaba igual que yo, que tanto mi hermana como su hermanito estaban ahí para recordarnos lo que una vez nosotros habíamos sido y habíamos disfrutado tanto.

Megan cayó, tropezando con algo, y llevándose consigo a Franks, terminando prácticamente sobre él. Se miraron a los ojos. Él la abrazó por la cintura y le besó una mejilla dulcemente. Ahogué un sollozo emocionado.

—Démosle a los tórtolos algo de privacidad —Susurró mi propio Jonas, guiándome hacia el frente de mi casa, sentándonos en un banco blanco
—Por Dios, da miedo... —Murmuré, girándome hacia él, quien alzó una ceja— Me refiero a... ¡míralos! Él es igual a tí y ella a mi...me recuerdan mucho a nosotros —expliqué
—Hace un segundo creí que estaba frente a un espejo que borra años —Me sonrió
—Asusta —Repetí— Solo espero que...que tengan mucha más suerte que nosotros —golpeó amistosamente mi brazo
— ¡Hey! Nuestra historia es digna de una novela —Reí
—Novela o no, no quiero que la sufran —Insistí. Me abrazó fuertemente y besó mi cabeza tiernamente
—Llevaré a Frank a casa —Me informó— Además, debes dormir —Acarició mi mejilla. Su tacto parecía terciopelo
—No, no quiero que te vayas —Acomodé mi cabeza en el hueco entre su hombro y cuello. Al reír, su aliento acarició mi nuca
— ¿Por qué no? —Enrojecí. Odiaba que me hicera decir cosas que él sabía y tan solo quería escuchar
—No me hagas decirlo...
—No sé de que me hablas —Comenzó a hablarme al oído y eso solo provocaba que me desconcentrase aún más
—Sí, sí sabes
—Entonces me voy... —Hizo un ademán para levantarse pero yo tiré de su camisa; se volvió a sentar.
—No quiero que te vayas porque... —Sentía su respiración en mi oído y su perfume me embriagaba; intenté concentrarme— Porque tal vez mañana vuelvas a tu actitud indiferente y yo creeré que esto fue un sueño y...no quiero dejarte ir otra vez —Finalicé con un hilo de voz. Él se separó un poco de mí y me miró, los ojos le brillaban
—Repítelo —Me pidió, sonriendo. Negué con la cabeza— Solo lo último...
—No quiero dejarte ir otra... —Estaba mascullando cuando de un momento a otro me interrumpió, devorando mis labios con ferocidad; no tardé mucho en reaccionar y seguirle el juego, pero rápidamente él lo cortó y besó mi mejilla
—Relájate, te veo mañana —Dio otro pequeño beso a mis labios y se levantó.

Yo, por mi parte, me quedé allí, estática en el banco. Oí su voz, llamando a su hermano; también fui capaz de escuchar los protestos de éste y la tranquilización de Meg, de que iría a su casa mañana.

Pocos minutos después, Megan se sentó a mi lado y me sonrió

—Hola ___ —Le devolví el gesto
—Hey Megs
— ¿Qué estuviste haciendo todo el día? —Me preguntó con diversión— No te he visto desde...el desayuno, creo —Rió
—Oh, ya sabes —Suspiré— Por ahí, escapando de todos —Sonreí con simpleza— Y...por lo que veo, tú has pasado tu día con...
—Frankie, sí —Interrumpió. Sus mejillas se tornaron sonrosadas— Acaba de irse, su hermano vino por él —Me extrañó que dijera 'Su hermano' en lugar de 'Nicholas' o 'Nick'— Y...hablando de linduras —Reí— Justin pasó por tí hoy
— ¿Justin? —Pregunté extrañada. Ella asintió— Se suponía que hoy no nos veríamos...—Comenté.
—Um, no tengo idea —Se encogió de hombros— Él solo vino y preguntó por tí... —Se bajó del banco y se dirigió hacia el interior de la casa

Mi celular vibró en mi bolsillo.

De: Nick J 21:26
Parece que realmente tenemos una cita
mañana...Te veo en mi casa,
Megan sabe la hora.
Duerme bien, ___

Yo me quedé allí, pensando en qué pensaría Nick si le contaba que Justin había venido por mí. O en qué haría Justin si se enteraba que había pasado un día...podría decirse 'romántico' con Nick. O, en que esto se estaba pareciendo mucho a lo ocurrido hace algunos años...

—Y aquí vamos de nuevo...